Esta pregunta es una de las culpables de que exista economía sumergida, dinero negro, caja B… en definitiva, fraude fiscal… Hacienda se ha propuesto luchar contra él para tratar de reducirlo y sabe dónde tiene que centrar sus esfuerzos.
A finales de enero se presentaba el Plan de Control Tributario y Aduanero 2017, por parte de la Agencia Tributaria. El propio Director General, Santiago Menéndez, reconocía que el “con IVA o sin IVA sigue siendo una situación extendida”. Por ello Hacienda va a comenzar a mirar con lupa la declaración del IVA en aquellas actividades en las que es más fácil defraudar.
Los establecimientos de venta al público son uno de los focos en los que se acentuará la vigilancia. Hacienda sabe que en muchos casos no se están declarando todas las ventas y esto trae asociado un doble fraude. Por un lado el contribuyente deja de ingresar, a la Agencia Tributaria, el IVA repercutido de esas ventas. Y por otro lado, se está deduciendo la totalidad del IVA de todas las compras. Así consigue que la liquidación le resulte mucho más favorable. Pero además, esta práctica no solo afecta al IVA, sino que este contribuyente estará equilibrando la balanza del IRPF a su favor al estar minorando los ingresos declarados.
Pues bien, a partir de ahora Hacienda intensificará su vigilancia tanto con inspecciones como con visitas in situ. Pero no es la única herramienta que va a utilizar para destapar el posible fraude en este sector, ya que continuará utilizando otras fuentes de información como venía haciendo hasta ahora… de manera que podrá descubrir de forma automática incoherencias que, tras ser investigadas y analizadas pueden destapar los ingresos ocultos.
Ejemplo: Supongamos que Gaspar es un autónomo que se gana la vida vendiendo en una ferretería, en un local alquilado. Tiene una vivienda en propiedad, por la que paga hipoteca. Está casado, tiene dos hijos menores de 18 años y su mujer no aporta ingresos a la unidad familiar.
La ferretería es la única fuente de ingresos para Gaspar y su familia. Por lo tanto, las ventas declaradas cada trimestre deberán ser coherentes no solo con los gastos asociados directamente a la actividad, sino con el resto de gastos de la unidad familiar (alimentación, vivienda, luz, agua, gas, ropa, calzado y otros).
La Agencia Tributaria combina toda la información a su alcance y es fácil que salten las alarmas. Hasta ahora quizá se había centrado más en grandes fortunas, pero ahora, el pequeño comercio está en el punto de mira.
En línea con esto ya se aplican otras políticas orientadas a un mayor control de los pagos en efectivo, reduciendo el límite hasta 1.000€.
Y desde Europa también comienzan a proponerse medidas para combatir el fraude, con normas que obliguen a los profesionales como asesores, abogados, etc. a denunciar las malas prácticas de sus clientes. El objetivo es reducir el fraude lo máximo posible, situándolo en menos de la mitad de los índices actuales.
Para aquellas pymes y autónomos que cumplen de forma correcta con sus obligaciones fiscales supone una buena noticia, ya que los que no están declarando todas sus ventas no dejan de ser una competencia desleal que les interesa que desaparezca.